Las raíces de la civilización india se remontan a la época de la prehistoria. Las primeras actividades humanas encontradas en este sector se remontan en la temprana, media y tardía Edad de Piedra.
Este país es uno de los procursores de la revolución agrícola. Las primeras evidencias de esta actividad fueron encontradas en las planicies occidentales del Indus, y son contemporáneas con Egipto, Mesopotamia y Persia.
La India nace en el encuentro de dos culturas: una de éstas era la ubicada en el Valle del Indo (2500 a.C. - 1800 a.C.) y la otra el pueblo Ario. Este último coloniza el norte de India alrededor del 1500 a.C., imponiendo su lenguaje, su religión y su organización social en castas.
Posterormente la India fue víctima de invasiones, de las cuales las más significativas son la Persa (siglo IV a.C.) y la dirigida por Alejandro Magno (siglos IV a.C. - VI d.C.), con la cual hubo presencia de una hegemonía musulmana durante cinco siglos y medio.
En 1526, el príncipe indio Baber funda la primera dinastía mongola, que ejerce su soberanía sobre India durante aproximadamente un siglo y medio.
En el 1600 comenzaron a aparecer las primeras compañías inglesas y francesas de la India Oriental, y posteriormente, en 1858, India es anexada a la Corona Británica.
En 1947 India se transformó en un estado independiente, siendo separado en dos estados: Unión India (hindú) y Pakistán (musulmana).
En la actualidad, India es considerada una poderosa potencia económica, y concentra un gran número de la población del globo (1.100 millones de habitantes aproximadamente).
Se le reconocen un montón de legados que perduran hasta nuestros días, como lo son su arquitectura y sus innovaciones en el ámbito matemático, metalúrgico y médico.